Hoy mis hijos han aprovechado unos restos de pasta de sal que yo había preparado para un proyecto que os mostraré más adelante y han realizado dos maquetas miniaturas para jugar con unos clásicos minisoldaditos de plástico. Han modelado dos castillos muy sugerentes que, tras ser horneados, han servido de excusa para hacer volar su imaginación en torno a asaltos, retaguardias, defensas y hasta un anacrónico puente levadizo.
Me ha recordado el anuncio aquél que venía a decir: si tu lees, ellos leen. Que conste que a mí también me gusta leer.
Me ha recordado el anuncio aquél que venía a decir: si tu lees, ellos leen. Que conste que a mí también me gusta leer.