No es nada excepcional, pero he recuperado una silla que había sido repudiada junto a un contenedor de basura por tener el respaldo roto.
Parecía que decía:-¡Llévame contigo!
Al principio dudé, porque no sólo tenía partido el respaldo, sino que le faltaba un trozo. Se me ocurrió que podía encolarlo y enmasillarlo, para luego forrarlo con papel y cola blanca, disimulando así las imperfecciones. Para darle más dureza le intercalé unas capas de papel de periódico encolado a modo de papel maché. El resultado es resistente y creo que algo más original que una silla convencional. ¿¡No!?